El fundador y presidente ejecutivo del gigante tecnológico chino Huawei, Ren Zhengfei, negó hoy que las restricciones estadounidenses a sus productos y a sus suministros afecten al despliegue de la tecnología 5G, en la que la firma, dijo, aventaja en «dos o tres años»a sus competidores.
En una entrevista con los medios estatales chinos, Ren aseveró que la decisión de algunas empresas tecnológicas estadounidenses de no suministrar equipamiento a Huawei «no significa demasiado» y afirmó que la compañía ya estaba preparada para lidiar con esa restricción.
«Podemos hacer chips tan buenos como los que hacen las compañías estadounidenses, aunque eso no significa que no compraremos chips de ellos», aseguró el ejecutivo.
El fundador de Huawei reconoció que el choque con Estados Unidos era «inevitable», debido al interés de la compañía asiática en erigirse como uno de los líderes mundiales de la tecnología 5G, un sector en donde ya aventaja en «dos o tres años» a sus competidores.
«En nuestro negocio (las redes 5G), Huawei está a la cabeza, aunque en la comparación entre países todavía estamos muy lejos de Estados Unidos», añadió.
También dijo que su compañía «no excluirá» a los suministros procedentes de Estados Unidos y que Huawei está «muy agradecida a las empresas estadounidenses», entre ellas la tecnológica IBM.
«Deberíamos crecer juntos, pero en caso de haber una escasez de suministro ya tenemos una ‘copia de seguridad’. En «periodo de paz», la mitad de nuestros chips provienen de compañías estadounidenses y la otra mitad de Huawei. No podemos estar aislados del resto del mundo», indicó Ren.
Preguntado por cuánto tiempo durará la crisis en torno a Huawei, el ejecutivo señaló que la cuestión debería plantearse directamente al presidente estadounidense, Donald Trump.
«La responsabilidad debería dirigirse hacia los políticos de Estados Unidos, no hacia sus empresas», señaló.
Estas declaraciones se producen después de que este lunes el Departamento de Comercio estadounidense expidiera una licencia de 90 días que levanta durante ese periodo el veto a Huawei y a sus empresas filiales para preparar una transición sin presencia del gigante tecnológico chino.