Desde la plaza de Gobernación del Cesar, hasta la Alcaldía de Valledupar, comerciantes que laboran en el Balneario Hurtado, con el respaldo de la ciudadanía, elevaron su voz de protesta por la ola de inseguridad que los aqueja, ya que el lugar turístico se ha convertido en el sitio de operaciones de las bandas delictivas dedicadas al hurto y microtráfico.
Abraham Hormaza Soto, presidente de la Asociación de Comerciantes del Balneario Hurtado, dijo que la marcha contó con la participación de artesanos, taxistas, mototaxistas, sindicatos, estudiantes y comunidad en general, quienes hicieron un llamado de atención a las autoridades municipales y departamentales para la búsqueda de acciones que permitan contrarrestar el flagelo de la inseguridad.
“En el Balneario Hurtado diariamente se registran entre 4 y 5 atracos, siendo los puntos críticos los puentes de concreto y el colgante, monumento de la Sirena y el Bosque del Amor Amor, lugar que utilizan los delincuentes para ocultarse y atacar a los turistas y visitantes”, dijo Hormaza Soto.
Entre las peticiones estará garantizar el buen funcionamiento del CAI que opera en el lugar, ya que es evidente el poco apoyo que prestan a la ciudadanía. También pedirán que se elimine el Bosque del Amor Amor y se ofrezca vigilancia permanente en las áreas más concurridas. “Ya no hay respeto, los delincuentes atracan familias completas, incluso donde hay niños, no se justifica que la ciudad esté sitiada por la inseguridad”, dijo.
El hecho violento más reciente en el Balneario Hurtado, fue el crimen del joven Elver de Jesús Martínez Yépez, de 26 años, quien fue asesinado el pasado 24 de mayo a puñal, por oponerse a un atraco.
Por su parte, Shirley Méndez, presidenta de la Asociación de Vendedores del balneario Hurtado, indicó que la presencia de la policía no debe ser solo los fines de semana, ya que los atracos son el pan de cada día, afectando a visitantes, comerciantes y comunidad en general que buscan un lugar de esparcimiento.
El objetivo es lograr mayor presencia de la fuerza pública, además de tomar los espacios que están catalogados como zona roja y donde frecuentan incluso, consumidores de estupefacientes.