El presidente estadounidense Donald Trump ordenó un ataque sobre Irán en represalia al derribo de un dron de vigilancia en el Estrecho de Ormúz, sin embargo, suspendió la operación a pocas horas de lanzar la maniobra militar, según la publicación de The New York Times.
Trump manifestó que el ataque a la aeronave no tripulada fue un “gran error” y que habría sido mucho más grave de haber tenido un piloto norteamericano. Las tensiones aumentaron ya que cada nación culpó a la otra por el incidente sumado a las acusaciones del ataque a dos navíos petroleros.
El mandatario dudó de que el ataque fuera intencional y afirmó que no se habría equivocado Irán, sino que “alguien bajo el mando de ese país cometió un error.Pudo ser alguien bastante obstinado que no quiso seguir órdenes”.
Tras la cancelación del ataque, Estados Unidos ordenó restringir los vuelos comerciales sobre espacio aéreo iraní por el aumento de «las actividades militares y a las crecientes tensiones políticas en la región, que presentan un riesgo para las operaciones de la aviación civil estadounidense y posibilidades de errores de cálculo o de identificación».