La selección de Uruguay recurrió a su garra este jueves para empatar 2-2 ante Japón y rescatar un punto gracias a los goles de Luis Suárez, de penalti, y de José María Giménez, en un partido que siempre remó a contracorriente por el doblete de Koji Miyoshi para los nipones.
El combinado uruguayo, que con el empate cuenta con 4 puntos en el Grupo C, se vio sorprendido de salida por el rival, que suma su primera unidad en el torneo y llega a la última jornada de la fase de grupos con opciones de pasar a los cuartos de final.
ste duelo entre la Celeste y la disciplina y constancia japonesa lo comenzaron ganando los segundos, no solo por el gol de Miyoshi, sino porque también salieron al campo sin complejos.
Así, una selección en su mayoría formada por jugadores sub’23, que se toma la Copa América como un ensayo general para los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, puso en muchos aprietos a la quince veces campeona de Sudamérica.
Sin el juvenil estrella Takefusa Kubo en el once inicial, Japón salió a presionar igualmente a Uruguay, a quitarle el balón, a jugar y a atacar sin temor de verse en una nueva goleada como la del lunes ante Chile (0-4), de la que se quería reivindicar.
Mientras el balón no llegara a Suárez y Cavani, Japón tenía el encuentro muy controlado ante un conjunto que especialmente al inicio extrañó la figura del lesionado Matías Vecino, y con Shoya Nakajima como su mejor jugador al poner al llenar de dolores de cabeza a la defensa charrúa.
El gol de Japón llegó gracias a un sensacional pase de Gaku Shibasaki, centrocampista del Getafe español, que vio bastante libre a Miyoshi.
l pase de 40 metros lo recogió el extremo derecho para resolver a sangre fría ante el portero Fernando Muslera, que en este partido se convirtió en el portero uruguayo con más partidos en Copa América (15). En la jugada previa se había lesionado Diego Laxalt, que después del gol fue sustituido por Giovanni González.
Ese tanto dejó silenciados y helados a los más de 25.000 uruguayos que asistieron al Arena do Gremio de Porto Alegre para ver el partido, muchos de ellos llegados desde Uruguay en un viaje de más de 10 horas de carretera.
El público volvió a reaccionar cuando Edinson Cavani prácticamente se inventó un penalti a su favor en una jugada de mucha picardía, una plancha de Ueda que el árbitro solo cobró después de revisar el lance en el monitor del VAR.
Cavani pudo remontar el partido en dos acciones, primero con un furibundo disparo desde el pico del área que se estrelló en la cruceta del arco y luego en un mano a mano que no pudo resolver en plena carrera.
En el segundo tiempo el juego se tornó de ida y vuelta, con un Japón nuevamente lanzado al ataque, Miyoshi aprovechó un desvío de Muslera en un centro para enviar plácidamente el balón y poner el segundo tanto para su equipo.
Sin apenas fútbol, Uruguay recurrió a meter sin pensarlo dos veces balonazos a Suárez y Cavani, y al balón parado, como el córner donde al aprovechar la mayor estatura de sus jugadores, Giménez anotó cabeza el 2-2 con tiempo todavía para buscar el triunfo.
Con esa misma fórmula Suárez estrelló después un disparo en el travesaño, pero fue la única clara ocasión que tuvo Uruguay en los veinte minutos que restaban para final, por lo que la Celeste claudicó ante el empate y tendrá que jugarse la clasificación a los cuartos de final contra Chile.