El número de muertos por los potentes terremotos del lunes superan este miércoles los 11.200, de los cuales 8.574 se produjeron en Turquía y 2.662
En Turquía, donde tuvieron su epicentro los temblores de magnitud 7,7 y 7,6, el último recuento oficial sitúa la cifra de heridos en más de 38.200. Los equipos de ayuda han logrado rescatar a unas 8.000 personas con vida de los casi 6.000 edificios destruidos.
Los rescatistas se esfuerzan por acelerar los trabajos para salvar a quienes permanecen bajo los escombros con temperaturas gélidas de hasta -6 grados y con las infraestructuras básicas muy dañadas.
En numerosas zonas afectadas en Turquía los vecinos critican que no ha llegado ayuda alguna, las familias no pueden volver a sus viviendas incluso cuando siguen en pie por el temor a derrumbes y servicios básicos como el agua, la electricidad y la calefacción han dejado de funcionar en pleno invierno.
Mustafa Kara, que perdió a su mujer en Kahramanmaras, en el derrumbe de un edificio de nueve plantas, mostró su indignación en Halk TV: «¿Tan poca cosa es este Estado? No hay nada. No podemos enterrar a nuestros muertos. Hay cadáveres por todas partes».
«Se han derrumbado más de 900 edificios. Si cada uno tiene entre ocho y diez apartamentos, ¿Cuántas personas hay bajo los escombros? No hay electricidad, ni gasolina, la gente saquea los supermercados. No hay comida, ni leche para los niños», se nquejó ese vecino.
Hasta el momento, se han contabilizado 435 réplicas de menor intensidad en las zonas afectadas en las que trabajan más de 60.000 personas en tareas de rescate y desescombro.
Aunque decenas de países han prometido ayuda a Turquía y muchos equipos se encuentran ya en el terreno, el desafío es rescatar a los atrapados bajo los escombros lo antes posible porque el frío reduce sus posibilidades de supervivencia.
En Siria la cifra de muertos por los terremotos ascendió este miércoles a 2.092 y el número de heridos se eleva ya a 4.049, mientras que cientos de personas continúan atrapadas entre los escombros más de 48 horas después del seísmo inicial.