La canciller alemana, Angela Merkel, aseguró el miércoles que se encontraba «muy bien» poco después de sufrir una nueva crisis de temblores durante un acto oficial, la tercera de este tipo en menos de un mes.
Este nuevo episodio, que volvió a despertar la incertidumbre sobre su estado de salud, ocurrió por la mañana durante un acto oficial en la cancillería, donde recibió al primer ministro finlandés, Antti Rinne.
La canciller reaccionó después del incidente en una rueda de prensa prevista justo una hora después. «Estoy muy bien, no hay que preocuparse», declaró.
Poco antes, un portavoz del gobierno se había mostrado tranquilizador. «La canciller está bien y las discusiones con el primer ministro finlandés continúan como previsto», indicó a la AFP.
Vestida con una chaqueta azul, Angela Merkel permanecía de pie junto a su homólogo finlandés mientras sonaban los himnos oficiales de ambos países cuandocomenzó a temblar de forma muy visible.
Sus brazos y sus piernas especialmente se vieron presa de pequeñas sacudidas, hasta que la canciller volvió a caminar después de los himnos.
Estos espasmos fueron en cambio menos intensos que la primera vez, cuando el 18 de junio tuvo lugar el primer episodio de temblores en presencia del presidente ucraniano Volodimir Zelenski. En aquel momento lo achacó a una deshidratación relacionada con el intenso calor que hacía en Berlín.
La canciller, que cumplirá 65 años el mes que viene, sufrió después otra serie de espasmos el 27 de junio durante una ceremonia oficial por la toma de posesión de la nueva ministra de Justicia en Berlín.
Merkel asistió sin embargo como previsto a la cumbre del G20 en Osaka, en Japón.
Los miércoles las temperaturas en Berlín, suaves para la época estival, descartaban un incidente vinculado al calor.
En el poder desde 2005, Merkel, al frente de una inestable coalición, se retirará de la política al término de su mandato, en 2021.