El primer hecho tuvo lugar en el Campo Tibú, ubicado en zona rural del municipio de Tibú, en el departamento de Norte de Santander.
Allí, «grupos al margen de la ley activaron explosivos en la planta de inyección de agua y en un pozo», denunció Ecoeptrol a través de un comunicado.
«Los daños abarcan ocho pozos que producen diariamente 450 barriles de petróleo», agregó la petrolera colombiana.
El segundo ataque ocurrió en el oleoducto Caño Limón-Coveñas. Allí se activaron cargas explosivas y «hombres armados retuvieron durante una hora a los trabajadores que hacían parte de una caravana de cinco carrotanques que sacaban producto del punto de control operativo Caño Cinco».
Según Ecopetrol, los responsables del ataque amenazaron con quemar los vehículos que transportaban «producto recuperado de otros atentados registrados contra el oleoducto».
Estos ataques se suman a la toma hostil de una de sus plantas en zona rural de Norte de Santander por parte de al menos 100 personas que ingresaron sin autorización a la Planta de Gas Gibraltar, ubicada en zona rural del municipio de Toledo.