El gobierno de México dijo el domingo que no tiene reportes de que mexicanos hayan sido afectados aún por las masivas redadas antimigrantes que el gobierno de Donald Trump en Estados Unidos anunció se realizarían este domingo.
«No tenemos ningún reporte de lo que denominamos redadas que hayan afectado el día de hoy a alguna mexicana o mexicano», dijo en conferencia de prensa el canciller Marcelo Ebrard.
«Dependiendo de lo que ocurra entre el día de hoy y mañana tomaremos otras decisiones en función de lo que se presente», agregó.
México dijo el viernes que había redoblado las acciones de asistencia en sus 50 consulados en Estados Unidos ante las anunciadas redadas que según el presidente Trump conducirán a una ola de deportaciones en Estados Unidos.
Se esperaba que agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) salieran a las calles de al menos 10 grandes ciudades estadounidenses para arrestar a unos 2.000 migrantes indocumentados.
Pero a media mañana del domingo, no parecía haberse constatado la realización de operativo alguno.
Consultado por la cadena CNN, Ken Cuccinelli, director interino de la Oficina de Servicios de Ciudadanía e Inmigración en la Casa Blanca, se negó a dar detalles sobre los operativos programados.
El alcance de la operación parece más modesta que los «millones» que Trump había prometido que serían detenidos y expulsados, cuando mencionó por primera vez el mes pasado las redadas, que después fueron pospuestas.
El presidente de EE.UU. ha hecho de la migración uno de los asuntos centrales de su gobierno, lo que también ha tensado las relaciones con México.
El mes pasado, Estados Unidos amenazó con imponer aranceles a las exportaciones de México si el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador no frenaba el flujo de indocumentados, principalmente guatemaltecos, hondureños y salvadoreños, que pasan por su territorio.
Para evitar que se concrete esa amenaza, México desplegó 6.000 efectivos de su recién creada Guardia Nacional en su frontera sur, medida que Trump calificó como un «gran trabajo».