La ola de calor que enciende las alarmas en gran parte de Europa alcanzará sus máximas este jueves, con récords de temperatura previstos en Francia, Alemania y Holanda, donde el mercurio podría superar los 40 °C.
Francia declaró por segunda vez en menos de un mes una alerta roja por calor en gran parte del noreste del país, donde se pronostican máximos de hasta 43 °C.
La alerta roja, la más grave de una escala de cuatro, que implica una «alerta sanitaria» para todos los ciudadanos, fue activada por primera vez en junio pasado en cuatro departamentos del sur.
Los meteorólogos prevén que París rompa su récord de calor histórico [40,4 °C de 1947] este jueves, aunque es poco probable que se supere el récord de calor en Francia, de 46 °C a finales de julio, durante este episodio canicular.
En París, los usuarios del metro tenían que soportar temperaturas asfixiantes para ir a trabajar.
«Hace muchísimo calor en el metro, es insoportable. Hay muchísimas personas, no hay aire acondicionado y estamos los unos encima de los otros», suspira Petra Ulm, una austriaca de 34 años instalada en Francia.
Alemania, por su parte, que alcanzó el miércoles su máximo histórico de calor, con 40,5 °C registrados en el oeste del país, podría romper un nuevo récord el jueves con temperaturas que rozarán los 41 °C a lo largo del río Rin.
Al menos cuatro personas han muerto ahogadas en lagos o ríos en ese país, donde muchos buscan refrescarse.
La ciudad de Herne (oeste) anunció que evacuará a todos los peces de los estanques de la ciudad el viernes para salvarlos, ya que debido al calor, el contenido de oxígeno en el agua se reduce considerablemente. Los peces serán liberados en el Rin.
En Austria, donde se espera un pico de 38 °C, un niño de tres años murió de deshidratación. Fue hallado inconsciente el lunes en un vehículo estacionado bajo el sol.
En el Reino Unido, según el servicio meteorológico nacional, hay un 60% de posibilidades de que el mercurio se eleve por encima del récord de temperatura actual de 38,5 °C.
El calor podría desencadenar tormentas eléctricas con retrasos en los viajes en trenes, inundaciones repentinas y cortes de electricidad.
En los últimos 2.000 años, las temperaturas mundiales nunca han aumentado tan rápidamente como ahora, según datos publicados el miércoles en dos estudios separados en las revistas Nature y Nature Geoscience.