Por: Ubaldo Anaya
Valledupar está sumida en la peor crisis de seguridad de los últimos años. Los casos delincuenciales se han disparado exponencialmente y eso tiene con los pelos de punta a los ciudadanos.
Pero parece que la lucha contra la inseguridad es sólo de los civiles. Quienes ponen el pecho a la delincuencia entregando sus pertenencias y, hasta la vida.
Aquí me pregunto:¿Dónde están los congresistas del Cesar que no han dicho esta boca es mía para exigir resultados a las autoridades?
Tenemos cinco representantes a la Cámara: Eliécer Salazar, Chichí Quintero, Ape Cuello, Cristian José Moreno y Juan Manuel Daza, elegido por Bogotá. Pero nacido en Valledupar y quien dice representar los intereses del Cesar.
Ellos hacen una bancada con el poder de exigir resultados a la Fuerza Pública en el departamernto del Cesar. Y pedir el cambio de los comandantes cuando no están dando resultados.
Además, con todo el poder que tienen, pueden hablar con el gobierno nacional para que entregue las herramientas necesarias. A la Fuerza Pública que eviten que los ciudadanos sigan pagando los platos rotos de la inoperancia oficial.
También tenemos tres senadores: José Alfredo Gnecco, Didier Lobo y Antonio Sanguino, quien no fue elegido por el Cesar. Pero dice representar los intereses de esta región, puesto que nació acá.
Cabe resaltar, que con todo el poder político que tienen, pueden hablar cara a cara con el presidente Iván Duque y exigirle que ordene las acciones que sean necesarias para garantizar la tranquilidad de los vallenatos.
Agregando a lo anterior, tenemos un ministro del interior: Daniel Palacios Martínez, quien nació en Bogotá, pero por ser nieto de Aníbal Martínez Zulta, “asegura” que defiende los intereses del departamento.
Pero parece que se le olvidó el amor que tenía por esta tierra porque, fácilmente puede hacer una llamada al director nacional de la Policía o al comandante nacional del Ejercito y exigir que sus hombres en Valledupar entreguen resultados.
Ahora que no venga el ministro del interior con el cuento de que se está construyendo la Policía Metropolitana. Esa mole de cemento no estará lista por el momento.
Además de esos, tenemos director nacional de la UNP, Alfonso Campo Martínez; ministro de vivienda guajiro, pero con arraigo vallenato, Jhonatan Malagón y otros funcionarios más en el gobierno nacional que pueden apoyar desde Bogotá una gestión para que Valledupar salga del atolladero delincuencial en que se encuentra.
A ninguno de ellos se les ha escuchado la voz para rechazar la violencia delincuencial que vive la ciudad y reclamar resultados de las autoridades.
Desde aquí exigimos, especialmente a los congresistas, ocho voces del departamento del Cesar que guardan silencio, que se pronuncien, que exijan resultados y que gestionen ante el gobierno nacional más acciones contra la delincuencia.
De lo contrario, podemos seguir diciendo que los Congresistas del Cesar se olvidan de Valledupar, tierra a la cual dicen querer.
Por eso, tal parece que no les duele la ciudad. Marzo se acerca y en las urnas nos vemos.