¿Cuáles son las líneas rojas frente a la reforma a la salud, que tanto está dispuesta ceder o negociar la ministra para negociar la aprobación de la reforma?
Pues la ministra está dispuesta a que se mantengan las EPS, las que sobrevivan porque muchas están en mal estado y deben ser liquidadas inevitablemente.
Pero quitándoles la verticalidad, es decir, que no se puedan contratar a ellos mismos, quitándoles el manejo directo de los recursos públicos y enviando directamente un porcentaje, algo así como 17 billones de los 89 billones de la salud a los fondos de salud de los 600 municipios del país para construir y atender centros de salud primaria en los 600 municipios que no tienen nada.
En el tema del ADRES, manejando los recursos, ella está dispuesta a ceder a que se tome el tiempo que sea necesario hasta estar seguros que tienen todas las condiciones de auditoría y a que se revise cada dos años hasta que sea totalmente viable.
Las líneas rojas están en no seguir permitiendo que los recursos públicos los manejen las EPS porque, según la ministra, no hay transparencia de cómo se manejan esos recursos y de acuerdo las cuentas del ministerio no se quedan con el 3 por ciento por administrarlas sino más del 8 por ciento.
Pero la ministra está en el plan de hablar con los congresistas, de explicar y de llegar a acuerdos.