El líder norcoreano, Kim Jong Un, supervisó las pruebas de lanzamiento de un nuevo un arma «recientemente desarrollada», informaron medios estatales el domingo, lo que complicaría la posibilidad de una reanudación de las negociaciones sobre la desnuclearización del hermético Estado.
El ejército surcoreano informó el sábado que el Norte habría disparado dos misiles balísticos de corto alcance, pero la prensa estatal norcoreana afirmó este domingo que se trató del ensayo de un «lanzamisiles múltiple supergrande».
Kim afirmó que el sistema «recientemente desarrollado» era un «gran arma», aseguró la agencia oficial Korean Central News Agency (KCNA). El líder norcoreano aseguró que el país necesita seguir desarrollando armamento para «frustrar de forma resolutiva las crecientes amenazas militares y la presión ofensiva de fuerzas hostiles», agregó la agencia.
Kim habría supervisado al menos otros dos ensayos de «nuevas» armas este mes, aunque la naturaleza y especificidades técnicas de las mismas son un misterio.
Este fue el último de una serie de disparos del Estado nuclear en las últimas semanas, en protesta contra los ejercicios militares conjuntos entre Estados Unidos y Corea del Sur, que concluyeron hace casi una semana.
El disparo del sábado llevó a la presidencia surcoreana a convocar una reunión de su Consejo Nacional de Seguridad.
«Los miembros del Consejo Nacional de Seguridad acordaron mantener los esfuerzos diplomáticos con la comunidad internacional para volver a llevar al Norte ante la mesa de negociaciones, junto a Estados Unidos, para lograr el objetivo de una desnuclearización completa de la península de Corea», indicó el gobierno surcoreano en un comunicado.
Pero parece poco probable que se puedan relanzar esas negociaciones en un futuro próximo.
El viernes, el ministro de Relaciones Exteriores de Corea del Norte, Ri Yong Ho, lanzó un mordaz ataque contra el secretario de Estado norteamericano, Mike Pompeo, al que tachó de «toxina intransigente», y dijo ser «escéptico» sobre la posibilidad de negociar con él.
Pyongyang también prometió «seguir siendo la mayor ‘amenaza’ para Estados Unidos» y dijo que los ejercicios militares conjuntos entre Estados Unidos y Corea del Sur habían «complicado» las conversaciones con Washington sobre la cuestión nuclear.
«Estamos preparados tanto para el diálogo como para el alejamiento», dijo Ri en un comunicado.