Por: Lolita Celedón
Mucho se ha dicho del caos de basuras en la ciudad, hoy se hace necesario repartir responsabilidades pero más aún establecer compromisos para asegurar la buena imagen de una ciudad trabajada desde hace muchos años para ser destino turístico.
Se acerca el 2023 y no puede ser tratado este tema como un ‘Pin Pon Político’ y mucho menos ser el tema central de campañas políticas, que serán además quienes llenen los postes de carteles y vallas publicitarias, contribuyendo a la contaminación.
Hoy escribo sobre el aseo, porque el asunto se convierte de interés general por sacar adelante una ciudad paisajista que brinda todo el encanto para ser visitada y disfrutada y tiene el compromiso de ser una de las más limpias de Colombia.
A mi parecer se trata de dirigir el orden y que se evidencie un mandatario implementando a través de diversos canales de capacitación el tema de la Cultura Ciudadana que sería el motor encendido para limpiar a Valledupar.
Se debe ejercer la autoridad para empalmar un buen trabajo con el operador en el tema del aseo de la ciudad en este caso Aseo del Norte y de la mano estudiar soluciones de problemas en puntos críticos que no tienen que ver con falta de recolección, contenedores o canecas, mucho menos con fallas del operador, sinó con un desorden ampliamente conocido hoy en Valledupar y es tema del alcalde.
Entre otros generadores de caos en tema de basuras en algunos puntos, hablemos del centro de la ciudad, donde es evidente que falla la autoridad en tema del espacio público e impera el atiborramiento de ventas formales e informales, malos olores por falta de baños y de control en desechos.
Otro desorden que contribuye al caos de las basuras, son los carromuleros que se pasean campantes por todo Valledupar transportando y arrojando desechos donde se les antoje y el control a esta actividad que afea cada vez más la ciudad está lejos de ser ejercido.
Los recicladores informales que abundan en la ciudad y que van abriendo bolsas de desechos dejando imágenes realmente deplorables en cada esquina, sin que exista un llamado de atención y muestras de capacitación, organización por parte del gobierno de turno.
Además de las invasiones que buscan dónde depositar sus desechos, porque no cuentan con el gobierno y sus programas de atención por estar alojados en espacios ilegales.
Aunque la empresa encargada de la recolección retire las montañas de basuras de estos desafortunados vulnerables no hay esfuerzo suficiente mientras no haya una acción conjunta con el gobierno municipal.
La solución a este tema en Valledupar, no está aumentando el número de canecas y mejorando la frecuencia en la recolección de basuras en zonas que, a medida que pasa la jornada laboral, los días, acumulan suciedad sin límites o dirección.
Es un hecho que Valledupar está sucia, pero es un problema exclusivo de falta de control por parte de las autoridades correspondientes. Es más un problema de pedagogía y cultura ciudadana para cambiar esos malos comportamientos de unos pocos que se están convirtiendo en la gran mayoría.
No podemos caer en el juego político y lanzar piedras a un Goliat equivocado, miremos a David y revisemos que tiene su honda ¿Por qué está lanzando piedras, quienes son los padrinos de su armadura y qué quiere asesinar?
No podemos aceptar un alcalde lavándose las manos y culpando a otros cuando tiene que liderar y ayudar a organizar su casa, no sabotear y mucho menos señalar.
La Cultura Ciudadana, el compromiso desde cada habitante para la buena imagen de Valledupar y contribuir con espacios limpios es nuestra tarea.
El aseo no debe ser ensuciado por temas políticos… no es limpio.