Entre 500 y 600 tenistas y otras personas acreditadas en Melbourne para el Abierto de Australia fueron aislados y pasaron un test este miércoles, después de que un trabajador de uno de los hoteles en los que se alojan diera positivo al covid-19, anunciaron las autoridades del estado de Victoria.
«Serán aislados hasta recibir un resultado negativo, y este trabajo será hecho mañana (jueves)», explicó el primer ministro del Estado de Victoria, Daniel Andrews, en una rueda de prensa.
Andrews añadió que no espera que este hecho tenga un impacto en el programa del primer Grand Slam del año, que empieza el lunes.
El Open de Australia, aplazado tres semanas respecto a sus fechas iniciales, obtuvo luz verde de las autoridades australianas con un protocolo sanitario drástico.
El conjunto de los jugadores y de los acreditados (técnicos, entorno, árbitros…) viajaron a Australia , que no ha sido muy atacada por el virus, a bordo de una quincena de aviones especialmente fletados por los organizadores a mediados de enero y someterse a una cuarentena estricta a su llegada. Solo cinco horas de salida diarios, estrictamente controlados entre tenis, entrenamiento físico y comida, les son autorizadas.
Un total de 72 tenistas se vieron obligados a realizar una cuarentena completa, sin el menor permiso para dejar su habitación de hotel, después de que varios casos de covid-19 fueran detectados entre los pasajeros o la tripulación de tres vuelos hacia Melbourne.
El estado de Victoria no había conocido ninguna contaminación local desde hacía 28 días. Este nuevo caso condujo a las autoridades locales a reforzar inmediatamente las reglas relativas a llevar mascarilla y a limitar reuniones privadas.