El fuerte temporal de lluvias que devastó parte de la ciudad brasileña de Petrópolis ha causado ya 152 muertes y casi 200 heridos, mientras las búsquedas por las decenas de desaparecidos continúan este domingo entre grandes dificultades.
La antigua «ciudad imperial», situada en la región serrana de Río de Janeiro, intenta volver poco a poco a la normalidad gracias a la amplia movilización social de voluntarios, después de sufrir las precipitaciones más intensas en casi un siglo.
El temporal ha dejado desde el martes un rastro de destrucción a su paso, en la que ya es la peor tragedia climática en Petrópolis, superando episodios similares ocurridos en 1988 y 2011, cuando también perdieron la vida decenas de personas.
Además de los 152 fallecidos y los cerca de 200 heridos, según el último balance de Defensa Civil, la Policía tiene una lista provisional de unos 150 desaparecidos, aunque otros organismos manejan un número inferior.
De hecho, la cifra de desaparecidos ha disminuido en las últimas horas, según se han ido identificando a las víctimas y cruzado los datos de las alrededor de 850 personas desalojadas que reciben asistencia en alguno de los puntos de apoyo montados en el municipio.
RIESGO DE NUEVOS DESLIZAMIENTOS
Aun así, las búsquedas continúan, pero en condiciones extremadamente difíciles. El jueves se registraron nuevos chubascos que causaron más inundaciones y dejaron todavía más inestable el terreno sobre el que actúan las brigadas de salvamento.
En los últimos seis días, Defensa Civil ha reportado 775 incidencias por corrimientos de tierra.
Además, las sirenas de alerta por fuertes lluvias volvieron a activarse el sábado y este domingo la previsión es que se produzcan más precipitaciones.
Ante este escenario, los más de 500 bomberos que operan en la zona se vieron forzados a interrumpir sus labores varias veces durante el fin de semana. También tuvieron que trabajar con poca visibilidad por la presencia intermitente de bancos de niebla.
Por el momento, 24 personas han sido rescatadas con vida de los escombros, así como más de 200 animales domésticos, según fuentes oficiales.
«Los equipos están trabajando para atender nuevas incidencias, realizar inspecciones en las zonas afectadas, limpiar la ciudad, despejar las vías, acoger a las familias y reforzar todas nuestras unidades de salud», afirmó el alcalde de Petrópolis, Rubens Bomtempo, en una nota.
Las autoridades municipales recomendaron a los 300.000 habitantes de Petrópolis no salir de sus casas, salvo en casos de «extrema necesidad», para facilitar la limpieza de las vías, convertidas un auténtico lodazal, y poder normalizar el tránsito.
En ese proceso se han retirado hasta el momento 313 vehículos de los ríos y las calles de la ciudad que fueron arrastrados de forma violenta durante la tempestad.