Con una ceremonia en el CTI hoy se conmemoran 20 años de la desaparición desde el 15 de octubre de 1999, de siete funcionarios judiciales quienes respondían a los nombres de Edilberto Linares Correa, Danilo Carrera Aguancha, Carlos Ibarra Bernal, Hugo Quintero Solano, Israel Roca Martínez, Mario Anillo Trocha y Jaime Barros Ovalle, quienes fueron asesinados por los paramilitares, pero la ubicación de los restos sigue siendo incierta.
Este lunes desde las 8:30 a.m. será ofrecida una eucaristía en la sede del CTI de la Fiscalía en Valledupar. Y a las 4:00 p.m. familiares, con apoyo de Fasol y la Unidad de Búsqueda, realizarán una jornada con intervención de la Fiscalía.
Sobre las investigaciones existen varias versiones de los desmovilizados ex paramilitares que han confesado su participación en la masacre que crean confusión, por ejemplo Alcides Manuel Mattos, alias el Samario, del frente Juan Andrés Álvarez de las AUC, declaró en una audiencia que recibió los restos en siete sacos y los arrojó al río Cesar desde el puente Rabo Largo, en el centro del departamento.
Y John Jairo Esquivel, alias El Tigre, relató que la orden de asesinarlos la dio el jefe máximo de las AUC Carlos Castaño Gil. El Tigre entregó además las coordenadas de las fosas comunes, a orillas del río Cesar. Nunca las hallaron en más de 100 excavaciones.
Como se recuerda los investigadores iban a exhumar el cuerpo de Alcides Tiburcio Rivera, un vendedor de paletas que había sido reportado como desaparecido el 15 de octubre de 1999.
Tres de los agentes salieron de Valledupar y los otros cuatro de Codazzi. Pretendían encontrarse en el área rural de Minguillo, donde se suponía estaba sepultado Rivera. Allí fueron interceptados y desaparecidos por las AUC, bloque Norte.