Los 39 muertos hallados en un camión frigorífico cerca de Londres eran ciudadanos chinos, informaron este jueves los medios británicos, un día después del macabro descubrimiento que horrorizó al país.
En el Reino Unido existe un caso similar a este drama. En junio de 2000, 58 migrantes clandestinos chinos fueron encontrados muertos por asfixia en un camión cerca del puerto de Douvres, en el sur de Inglaterra.
El miércoles, la policía británica fue alertada por los servicios de rescate, del descubrimiento de un camión con cadáveres en su interior una zona industrial en la localidad de Grays, a unos 30 kilómetros de Londres.
Desde entonces se puso en marcha una investigación para aclarar las circunstancias de estas muertes, que ya provocaron llamamientos al gobierno para que se refuerce la lucha contra las redes de migración clandestina, que usan métodos muy arriesgados e inseguros para evadir los controles.
La noche del miércoles al jueves, la policía británica registró dos propiedades en Irlanda del Norte. El conductor del camión, un norirlandés de 25 años, está detenido desde el miércoles y es objeto de una investigación por asesinato.
Según la prensa británica, se trata de Mo Robinson, habitante de Portadown, en el condado de Armagh, donde se llevaron a cabo los registros en las últimas horas.
El jueves, las autoridades se concentraban en saber qué itinerario siguió ese camión antes de llegar a las afueras de Londres.
Según la policía británica, el remolque del camión llegó aproximadamente a las 6:00pm del lunes a Purfleet, un puerto del Támesis, procedente de Zeebruges, en Bélgica, mientras que la cabina del camión que remolcó el contenedor partió de Irlanda del Norte.
La fiscalía federal belga confirmó a la AFP que el contenedor del camión había «pasado por Zeebruges el martes 22 de octubre».
«Por ahora no sabemos cuándo entraron las víctimas en el camión y si fue en Bélgica», dijo la Fiscalía.
Las autoridades búlgaras también confirmaron la matriculación del vehículo en Bulgaria en 2017, pero aseguraron que el vehículo no había regresado al país desde entonces. «No hay conexión con nosotros, sólo con las matrículas», declaró el primer ministro búlgaro Boyko Borissov, en la televisión local.
El jefe del gobierno británico, Boris Johnson, se declaró «horrorizado por este trágico acontecimiento». «Todos los traficantes de seres humanos deberían ser perseguidos y procesados», dijo en el Parlamento.
Según la Agencia Nacional de lucha contra el Crimen (NCA, según sus siglas en inglés), el número de migrantes que entran clandestinamente al Reino Unido en contenedores y camiones ha aumentado desde hace algunos años.
En informes recientes, la NCA lamentaba la «utilización creciente de métodos para hacer entrar clandestinos cada vez más arriesgados», principalmente desde el puerto de Calais, en Francia, desde Zeebruges o por el túnel de La Mancha.
Este caso recuerda al ocurrido en Austria en 2015, cuando 71 migrantes fueron hallados muertos por asfixia en el compartimento herméticamente cerrado de un camión abandonado en una carretera.