La vicepresidenta colombiana, Francia Márquez , pidió este sábado en la Conferencia de Seguridad de Múnich una visión desmilitarizada de los temas de seguridad y un nuevo orden del mundo basado en la defensa de la vida.
«Seguir discutiendo quién pierde y quién gana en una guerra no es bueno. Todos hemos perdido y quien pierde en una guerra es la humanidad», dijo en una mesa redonda.
«Hoy la gran parte del mundo se siente insegura. Pero creo que hay que hacer una reflexión más profunda. Porque la seguridad no se resuelve con armas», agregó.
Márquez se refirió también a otros factores que causan inseguridad, como la crisis climática con todas sus consecuencias, la crisis migratoria y la inequidad.
«Un nuevo orden mundial tiene que poner la vida en el centro y no es la militarización. Nosotros no tomamos ningún partido sobre la guerra, porque la guerra ha destrozado a la humanidad», dijo.
La intervención de Márquez en la mesa redonda se inició con temas directamente relacionados con Colombia -y la búsqueda de lo que el presidente Gustavo Petro ha llamado la paz total-, pero un acto dedicado a la defensa del orden mundial desembocó inevitablemente en aspectos relacionados con la guerra de Ucrania.
A ese respecto, el moderador y director de la Conferencia de Seguridad, Christoph Heusgen, respondió a Márquez recordando la experiencia alemana después de la II Guerra Mundial y después del fin de la guerra fría con temas militares y cómo, después de décadas de reducir el gasto en Defensa, se ha encontrado con un agresor que no le deja otra salida que el apoyo a Ucrania.
«Mi país fue responsable de la II Guerra Mundial que causó 20 millones de muertos solo en el territorio de la antigua Unión Soviética. La experiencia llevó a una cultura de buscar la paz a través del diálogo y del compromiso», dijo.
«Tras 1989 hubo una reducción permanente del gasto militar. Ahora nos vemos hasta un agresor que quiere romper todas las reglas de la comunidad internacional y eso nos ha obligado a un cambio», explicó Heusgen.
En la mesa redonda participó también el ministro de Exteriores brasileño, Mauro Vieira, que, aunque reiteró la condena brasileña a la agresión rusa, también defendió la actitud del gobierno de José Inacio Lula de Silva de buscar hacer posible una solución.
«La guerra en Ucrania es una situación muy triste y que tiene impacto en todo el mundo, también para nosotros. Por supuesto que nos preocupa. Lamentamos esta agresión, hemos condenado esta agresión como no podía ser de otra manera», dijo.
«Pero tenemos que intentar posibilitar una solución, no podemos limitarnos a hablar de la guerra. No me refiero a negociaciones inmediatas, habría que ir paso a paso, tal vez crear primero un ambiente que haga posible una negociación», añadió.
Brasil, aunque votó en la asamblea general de la ONU a favor de la condena de la agresión rusa, ha evitado entrar en la coalición de apoyo militar a Ucrania negándose, por ejemplo, a suministrar munición.
La primera ministra de Namibia, Saara Kuugongelwa, cuyo país no votó a favor de la condena de Rusia, justificó en la mesa redonda esa postura alegando que de lo que se trata es de resolver el conflicto y no de buscar el culpable..
«Cuando vemos la guerra entre Rusia y Ucrania nos pone muy tristes. Los dos pueblos apoyaron nuestra independencia», dijo.
«Queremos resolver el problema, no queremos buscar el culpable. De nada sirve que Rusia esté gastando dinero en armas y que Occidente financie a Ucrania para que compre armas», aseguró.