El estado de Indiana ejecutó hoy a Lisa Montgomery, la única mujer que estaba en el corredor de la muerte de EEUU, y la primera en ser ejecutada a nivel federal en más de seis décadas.
La ejecución por inyección letal se produjo en el complejo penitenciario de Terre Haute, después de que el Tribunal Supremo levantase la suspensión que tan solo unas horas antes había ordenado una corte federal.
Su muerte, de la que fue testigo un grupo de periodistas desde una sala contigua, se certificó pasada la 1,30 de la madrugada, hora local, según algunos medios que recogen el relato del proceso.
Montgomery renunció a su derecho a pronunciar unas últimas palabras. Se limitó a responder «no» cuando uno de sus verdugos le descubrió el rostro y le preguntó si quería decir algo.
«Nuestra Constitución prohíbe la ejecución de una persona que no pueda comprender racionalmente esa ejecución» (…). La administración actual lo sabe. Y la mataron de todos modos», denunció su abogada Kelley Henry en una declaración difundida por la prensa.
Todos los que participaron en este caso «deberían sentir vergüenza», añadió.
Montgomery, de 52 años, fue condenada en 2007 por matar en 2004 a una mujer de 23 años que estaba embarazada de ocho meses y extraerle el bebé, que luego fue recuperado sano y salvo por las autoridades.
Sus abogados argumentaron durante el proceso judicial que sufría una enfermedad mental debido a los abusos sexuales que sufrió en su infancia.
Esta ejecución, la primera de una mujer a nivel federal desde 1953, se produce a falta de una semana para que Joe Biden asuma la presidencia de EEUU.