Por: Fausto Cotes Nuñez
Algunas de las sabias sentencias populares apuntan a que, “no hay mal que por bien no venga, o no hay mal que dure cien años ni cuerpo que lo resista”, o “no hay enemigo pequeño”, yo le agregaría otra, “el mal por pequeño que sea, siempre será un mal, si como el más grande, no lo erradicas a tiempo”.
Estas reflexiones son importantes tenerlas en cuenta en estos momentos críticos que está viviendo el mundo nuestro y que nos pueden ayudar a cambiar su rumbo, y solo enfrentados a tiempo, evitamos que el mal o los males que nos agobien, duren lapsos prolongados.
Los países de nuestro mundo y sobre todo los más poderosos, parece que se volvieron enemigos del País universal, y la lucha permanente por el poder económico y dominio a través de las armas, los han enfrascados en el olvido de los seres vivientes que componen nuestro planeta; solo piensan que el poder total, se adquiere a través de aquellos a los que le invierten millones y millones de recursos, cuya obsesión, ha desviado sus mentes del bien común, olvidando las verdaderas metas.
Se cambió totalmente la esencia de la vida: la preocupación y tolerancia se unió con la indiferencia, el poder se tropezó con la ignorancia y con el débil de espíritu formó su alianza, la riqueza se acompañó con la extravagancia, la ostentación y el lujo depusieron a la humildad, la soberbia apartó de su camino a la sobriedad y en el corazón del hombre ya no existe esa lucha permanente entre el bien y el mal. !Parece que el mal hubiese ganado la batalla y se afianza en su propiedad, tanto que la brecha entre ricos y pobres cada día es más profunda!.
Pero el Dios de todos, quien nos somete a pruebas todos los días y en cada momento, nos hace meditar y analizar conceptos, cuando un enemigo muy pequeño, imperceptible al ojo humano, nos demuestra que el poder del dinero y de las armas vale un bledo frente a él y frente a otros muchos más pequeños que, soleran aparecer en su debido momento y cuando la Ira de ese Dios nuestro, quien siempre cambia la ira por piedad, se dedique a enviarlos para seguir demostrando al hombre que, el rumbo es el camino del bien y aceptemos sus réplicas de “defendernos los unos a los otros” y entendamos que el amor, el bien, el afecto, la generosidad, la paciencia, la sensatez, etc., no tienen ni tendrán contrarios en el idioma universal.
“Todo vale nada, el resto mucho menos”…… decía el profesor y poeta León de Greif.
Mis reflexiones las estoy haciendo extensivas, en primer término a mi pequeño mundo, en donde las percepciones políticas con un solo ojo, me permiten comentar que los gobiernos que se han dado, olvidaron totalmente las prioridades de las comunidades y cambiaron las instalaciones médicas y de salud, escuelas, sitios de recreación y cultura por obras suntuarias y sin beneficios económicos ni sociales. Recuerden que el bienestar social depende básicamente de la educación y de la medicina preventiva.
Los nuevos gobiernos deben reflexionar sobre estos temas, y aceptar que las clases políticas deben convertirse en verdaderos apóstoles de las comunidades y no en mensajeras del olvido.