Sin evento público ni rueda de prensa, el Gobierno radicó el nuevo proyecto de reforma a la salud en el Congreso de la República. El proyecto se presentó ante la Comisión Séptima de la Cámara con total sigilo, tanto que ni los medios ni el presidente de esa corporación, Jaime Salamanca estaban enterados.
El ministro de Salud, Guillermo Alfonso Jaramillo, estuvo a cargo de la radicación del proyecto junto al superintendente de Salud, Luis Carlos Leal. El director de la Adres, Félix Martínez, y el presidente de la Nueva EPS, Aldo Cadena, también estuvieron presentes en el trámite hecho a puerta cerrada.
La radicación se aplazó durante dos semanas mientras que el ministro del Interior, Juan Fernando Cristo, dialogaba con todas las bancadas en el Congreso.
El proyecto tiene 49 artículos menos del proyecto que se hundió en marzo pasado, es decir, el Gobierno cumplió la promesa de hacer un proyecto menos extenso y -en apariencia- fácil de debatir.
Se optó por el trámite ordinario
Una de las dudas que había sobre el proyecto era el tipo de trámite que iba a tener. El ministro Cristo mencionó hace unas semanas la posibilidad de radicar la reforma como ley estatutaria. Sin embargo, la decisión final fue optar por el trámite ordinario, por lo que la iniciativa aterrizará en la Comisión Séptima de la Cámara.
El Gobierno ya demostró que tiene buenas posibilidades de conformar mayorías en esa célula legislativa. Allí comenzó el anterior proyecto y fue aprobado después de un álgido debate. Si la nueva reforma a la salud supera esta comisión llegará a la plenaria de la Cámara, en donde el Ejecutivo también tiene un buen capital político.
Sin embargo, el gran reto para los ministros Cristo y Jaramillo estará en los dos últimos debates de la reforma en el Senado. La anterior iniciativa se hundió en la Comisión Séptima de esa corporación a pesar de las modificaciones de última hora que se le hicieron al articulado.