Mucha preocupación ha generado en el mundo la tensión entre los gobiernos de Estados Unidos y Colombia, pero la preocupación no es solo por parte de los ciudadanos, sino del mismo presidente, quien buscó mediar la situación enviando una carta a Donald Trump, que aún no ha recibido respuesta.
La carta fue enviada el pasado 23 de junio, días antes de conocerse la noticia sobre nuevos aranceles y la presunta revocación de visas para funcionarios del Gobierno colombiano.
En la misiva, Gustavo Petro hace referencia al “Impasse” que generó al intercambio de trinos de enero del 2025 y que “alcanzó una notoriedad pública” que hoy en día sigue teniendo consecuencias.
Con un tono amable, el presidente Petro puntualiza en la importancia de cuidar las palabras como representantes de los Gobiernos, y pide perdón por las acusaciones que efectuó contra el Secretario de Estado, Marco Rubio.
“Reconozco que es posible que algunas de mis palabras hayan sido percibidas como innecesariamente duras. Quiero decir que mi intención no es cerrar puertas, sino abrir caminos para una conversación honesta y respetuosa entre nuestros países”, puntualizó.
Me preocupa que se hable de una “retórica violenta”
El presidente Gustavo Petro habló sobre los señalamientos de los que ha sido objeto en torno al atentado contra Miguel Uribe y aseguró que no existe ninguna prueba que vincule al Gobierno y sus discursos con el hecho.
Aseguró que es momento de pasar la página de los malentendidos y celebrar las diferencias en un marco de entendimiento y cooperación.
Carta Completa
«Bogotá D.C., 23 de junio de 2025
Excelentísimo Señor Presidente,
En las últimas semanas, se dio un intercambio de opiniones entre el despacho de la Secretaría de Estado y esta Presidencia que alcanzó una notoriedad pública que merece una reflexión serena y franca. Como representantes electos de nuestros pueblos, compartimos la responsabilidad de cuidar las palabras y los gestos, particularmente en tiempos de agitación y desinformación.
Deseo aclarar que cualquier expresión mía que haya sido interpretada como una acusación directa sobre la participación en un supuesto golpe de Estado en Colombia, no tenía la intención de señalar a nadie de manera personal ni de cuestionar sin fundamentos el papel de los Estados Unidos.
Mi preocupación ha sido siempre advertir sobre dinámicas de desestabilización que afectan a nuestra región, muchas veces impulsadas desde espacios diversos y con intereses cruzados. En ese contexto, reconozco que es posible que algunas de mis palabras hayan sido percibidas como innecesariamente duras. En aras del diálogo, quiero decir que mi intención no es cerrar puertas, sino abrir caminos para una conversación honesta y respetuosa entre nuestros países
. En contraste, sí me preocupa profundamente que, tras el atentado criminal contra el senador Miguel Uribe Turbay, se haya insinuado públicamente que la “retórica violenta” de esta Presidencia fue un detonante del ataque. Como ya ha sido establecido por las autoridades investigativas, no existe prueba alguna que vincule a este gobierno ni a sus discursos con ese lamentable hecho. Los responsables deben ser encontrados y juzgados, sin sesgos ni intereses políticos de por medio.
Rechazo de manera categórica cualquier intento de utilizar la tragedia como instrumento de acusación infundada. He puesto a disposición todos los recursos del Estado colombiano para esclarecer los hechos y proteger la vida de todos los sectores políticos, sin excepción.
La política no puede convertirse en un campo de sospechas, donde las palabras sustituyan las pruebas. Como dije recientemente, no creo en la tesis de que el fin justifica los medios: nuestros medios son los que determinan nuestros fines. Mi vida pública ha estado dedicada a la construcción de paz y a la defensa de la vida, y así seguirá siendo.
Excelentísimo señor
DONALD TRUMP
Presidente de los Estados Unidos de América
Washington, D.C.»