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“Y esto va para Consuelo Araujonoguera con todo cariño y afecto”…

Por Cesar Noticias

Por Juan Rincón Vanegas

Saludo de Jorge Oñate en la canción ‘Nido de amor’ de la autoría del compositor Octavio Daza.

“El mejor homenaje que puedo recibir el día que yo muera, es que no callen los acordeones y que el Festival de la Leyenda Vallenata, siga siendo la mayor carta de presentación de mí amado Valledupar”, Consuelo Araujonoguera

Hoy se cumplen 18 años del asesinato de ‘La Cacica’, la mujer que trazó en su memoria los planos del vallenato y le dio la mayor importancia a esos hombres que con un acordeón, una caja, una guacharaca y un canto salido de lo más profundo de su corazón, querían decirle al mundo que la música vallenata era la esencia de una tierra que respira folclor.

…Y esa tarea se cumplió porque con el paso del tiempo el vallenato se ha venido tomando al mundo.

Corría el año 1978 cuando Jorge Oñate y el Rey Vallenato Raúl ‘El Chiche’ Martínez, grabaron en Bogotá para la CBS el trabajo musical ‘El cambio de mi vida’ donde aparece la exitosa canción ‘Nido de amor’ del compositor Octavio Daza.
En los cinco minutos y tres segundos de duración de la canción aparece un saludo especial para Consuelo Araujonoguera, la mujer que abrió el camino para que el vallenato hoy sea la identidad de Colombia ante el mundo.
El saludo dice: “Y esto va para Consuelo Araujonoguera con todo cariño y afecto”. Pasados 41 años Jorge Oñate accedió a contar sobre el regalo a ‘La Cacica’.
“Ese hecho fue de repente cuando estaba cantando y Dios me brindó esa lucidez de visionar a la mujer más importante del folclor vallenato. Lo hice de corazón, con cariño y afecto, porque ella era merecedora de mencionarse en esa canción. Vea, que se pegó y hoy es una de las referentes en mi larga carrera artística”.
Recordar para Jorge Oñate, se ha vuelto un hábito natural y la mayoría de veces cuenta con la ayuda de su señora Nancy Zuleta, ‘La patrona’, esa que conoce todos los puntos y comas de su vida y obra, hasta llegar a escribirle la letra de las canciones para que se las aprenda.
Enseguida hace una corta pausa y reflexiona acerca de ‘La Cacica’, a la que conoció muy de cerca. “Consuelo Araujonoguera para mí fue y sigue siendo el puntal más grande para la música vallenata que llevaba en el alma y en sus poros. Ella, significó mucho para nuestra música y como ella no habrá ninguna más”.

La novia del valle

El compositor Wiston Muegues Baquero, le hizo en vida la canción ‘La novia del Valle’ a Consuelo Araujonoguera, y concursó en el Festival de la Leyenda Vallenata del año 2001, llegando a la semifinal. En esa ocasión ganó el mismo compositor con la puya: ‘La estratificación’.
Un mes después de concluido el evento Consuelo Araujonoguera escuchó la canción y lloró al lado de su familia, porque era el más bello homenaje a su entrega a una música que nació en los corrales y con el trascurrir de los años traspasó fronteras.
“Un mes de abril de hace 18 años ese fue mi regalo en vida para ‘La Cacica’, no con el ánimo de ganarme un premio, sino para decirle lo mucho que la queríamos y agradecerle su entrega al folclor vallenato. Ella, se emocionó con mi canción, pidiendo la grabaran y ese honor fue el siguiente año para Jorge Oñate, quien la cantó como Dios manda”, contó Wiston Muegues.
‘El Jilguero de América’, recuerda que Consuelo Araujonoguera, hizo la petición, pero no pudo escucharla porque murió cuatro meses después.
“Cuando la interpreté lloré mucho. Esa canción es la más fiel radiografía de Consuelo, quien se puso al frente del Festival Vallenato desde 1968, logrando darle el mayor impulso. De eso nadie puede echarme mentiras porque yo nací con el Festival Vallenato, y supe muy de cerca de sus desvelos y sacrificios. También, Consuelo tuvo que ver con muchas cosas en mi carrera artística”.
De repente Jorge Oñate hizo una parada obligatoria para darle paso al sentimiento y lleno de tristeza que inmediatamente se calcó en su rostro, expresó. “Cuando Rodolfo Molina Araújo y los directivos de la entidad, me anunciaron en mi casa que me harían el homenaje en el 53° Festival de la Leyenda Vallenata, me llené de alegría, pero también sentí mucha tristeza porque Consuelo no estará. Hubiera querido ese día del homenaje darle el más grande abrazo a la maestra del folclor, a la mujer prodigiosa e inteligente, pero los designios de la vida no lo permitirán”.

La ganadora

Después de bosquejar la historia de ese canto colmado de lágrimas que recorre el largo camino del folclor, Wiston Muegues tomó nuevamente la palabra para hacer una petición.
“Quiero solicitarle comedidamente a la Fundación Festival de la Leyenda Vallenata que me cambie la puya ‘La estratificación’ por el paseo, ‘La novia del valle’, y la declare ganadora del concurso de la canción inédita vallenata del año 2001”.
Al dar esa declaración las lágrimas visitaron su rostro al recordar a ‘La Cacica’ sonriente bailando el pilón por las calles de su amado Valledupar. “Consuelo, dejó su marca y pasaran los años y ella seguirá dando la orden de dejar que suenen los acordeones y siempre se escuchen los más bellos cantos”, anota el compositor.

Medalla ‘Consuelo Araujonoguera’

En su casa de La Paz, Cesar, se quedó Jorge Oñate, lleno de orgullo porque tiene en su poder la medalla ‘Consuelo Araujonoguera’, recibida por sus gestas musicales que suman 52 años, y soñando al lado de su familia con el homenaje que se le tributará del 29 de abril al 2 de mayo de 2020, donde estará acompañado del maestro Rosendo Romero Ospino, ‘El poeta de Villanueva’, a quien se le brindará un merecido reconocimiento.
Al final de la crónica adornada con imágenes inocultables prendidas en el rostro del dolor, aparecen los vientos del recuerdo que se chocaron contra las barreras del alma. Entonces, por el impulso del sentimiento llegaron directo al corazón que estaba llorando, y se demostró con los latidos que le regala la vida.
Es ahí cuando en ese trance nostálgico retornaron los versos del compositor Wiston Mugues Baquero.

No dejen de sonar acordeones en el aire
y que del cielo del valle se vaya aquel nubarrón,
no dejen de cantar en mi tierra los juglares
qué no porque son cobardes, callaron ante el dolor;
porque los vallenatos para enfrentar a los violentos,
nuestras armas son los versos y un pedazo de acordeón.
La caja y la guacharaca también guardaron silencio
el día que se fue para el cielo, la Pilonera Mayor.
Soy el trovero que un día le compuse una canción sentida
un mes de mayo cayendo la tarde ella la escuchó.
Decía en mi canto que merecía hacerle un homenaje en vida
y al escucharme me estrechó la mano y conmigo lloró,
la novia del valle, conmigo lloró.

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