Los asiduos visitantes a los parques, escenarios deportivos y a las calles de la ciudad han exigido que se apliquen las restricciones que ponen límites y condiciones a la tenencia de perros de razas potencialmente peligrosas, ante los continuos riesgos y los incidentes que se presenta a diario, y, además, exigen que recojan las heces de estos animales.
En los distintos parques de Valledupar es común ver perros de distintas razas que son sacados por sus dueños a defecar y las personas que juegan, hacen deporte o simplemente reposan en una banca, deben soportar los hedores de las heces o ensuciarse con las mismas. También se denuncia la presencia de perros de razas peligrosas que son paseados sin cadenas, sin bozal y se desconoce si con las respectivas vacunas.
La ciudadanía exigió hacer cumplir el Código de Policía, artículo 124, que obliga a los tenedores de mascotas a recoger sus heces como también el fallo por la Corte Constitucional que dejó en firme la norma que establece que los propietarios de perros peligrosos son responsables de los daños y perjuicios que ocasionen. Pese a lo indicado por el alto tribunal, en Valledupar y otros municipios del Cesar, se nota que niños, adolescentes o adultos andan libremente con estos caninos supremamente peligrosos, de gran fuerza y vitalidad.
En la ciudad y otros municipios hay cientos de perros de las razas Dóberman, Dogo Argentino, Fila Brasilero, Bull Terrier, Rottweiler y los más comunes, los Pitt Bull. A esto se le suma una serie de cruces e híbridos que los torna más agresivos, sin cumplir con las restricciones a que los obligan las leyes colombianas.
Es de destacar que en Valledupar, los parques están vigilados, en gran parte del día por uniformados, quienes no hacen cumplir el Código de Policía.